Ir al contenido principal

Triana, donde late el corazón de Sevilla


En el corazón de Sevilla, ciudad hermosa que fascina a todos sus visitantes, se esconde una maravillosa joya: el barrio de Triana, que ya fue descrito en el siglo XIX por el viajero alemán Noritz Willkomm de este modo: "un barrio de pescadores y marineros, de contrabandistas y gitanos, donde las tabernas abundan. Allí está la verdadera vida del pueblo“. 

Lo cierto es que Triana no deja indiferente a nadie. Un barrio que ha visto nacer a tantos  cantaores, flamencas y toreros, donde las viejas tradiciones se mantienen y la esencia más pura de la ciudad se conserva intacta.


Históricamente volcado al Guadalquivir, uno de los grandes iconos del barrio es el Puente de Triana (o Puente de Isabel II) que nos deja cerca del Altozano y el templete de la Virgen del Carmen. En el jardín adyacente una estatua de bronce reproduce la efigie del torero Juan Belmonte.

El Altozano es el punto de partida de todas las rutas clásicas por el barrio. A la izquierda se llega a la calle Betis, junto al río, llena de bares, restaurantes y mucha animación nocturna.  La misma que se puede respirar en el Mercado de Abastos y sus fantásticos productos. A la derecha del Altozano encontramos tiendas de cerámica y alfarería, testigos del glorioso pasado industrial sevillano.


Otros lugares de interés en Triana son el Castillo de San Jorge (antigua sede de la temida Inquisición), la Iglesia de Santa Ana o el Paseo de la O, entre muchos otros.

Lleno de turistas pero siempre fiel a su tradición, el barrio de Triana espera con los brazos abiertos a todos los visitantes. Sé uno de ellos y aprovecha nuestra oferta vuelo + hotel a Sevilla. Usa también el código promocional TRAVEL para llevarte tu descuento especial.

Comentarios

  1. Fue una lectura maravillosa. Me encantó. Saludos cordiales y emocionados.

    Tomás Elías González Benítez.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Las estrellas de mar gigantes de Isla Saona

Quienes hayan tenido la suerte de haber  disfrutado de un viaje a la República Dominicana , sabrán que en algunos rincones del país se encuentran las aguas más cristalinas del Caribe . Uno de estos paraísos es Isla Saona . Y es que hacen falta aguas limpias y transparentes para que criaturas marinas como las estrellas de mar puedan crecer. Los afortunados viajeros que pasan sus vacaciones en alguno de los magníficos resorts de La Romana y Punta Cana , tienen la oportunidad de hacer una excursión hasta la isla para admirarlas e incluso tenerlas en sus manos como un tesoro que les regala la naturaleza.   Isla Saona cautiva a todos el mundo por sus espectaculares playas, todas ellas vírgenes, donde la arena es siempre blanca y muy fina: precisamente eso es lo que más les gusta a las estrellas de mar, convertidas ya en el gran icono y reclamo turístico de la isla.  Después de un baño en la playa y un rato jugando con las estrellas, merece la pena explorar el interio

Así se viaja en el crucero del sexo

Lo llaman "el crucero del sexo" , aunque su nombre real es Desire Cruise y para ser exactos, es un crucero de swingers , es decir, pensado para parejas sexualmente liberales. En cualquier caso, esta peculiar aventura por mar navegará por el Mediterráneo Occidental , recalando en puertos como Montecarlo, Portofino, Saint-Tropez, Palma de Mallorca o Ibiza. La promoción publicitaria del Desire Cruise no deja lugar a dudas: promete un "provocativo programa de entretenimiento" durante la travesía y aclara que llevar ropa es opcional. Ellos ponen el escenario y las facilidades, los posibles intercambios sexuales corren por cuenta de los pasajeros. Y la verdad es que puede dar mucho juego ya que el buque tiene capacidad para alojar a 300 parejas. En principio, las comodidades y servicios a bordo del Desire Cruise son los mismos que los que ofrece cualquier otro crucero, aunque con algunos "extras" como el cuarto de juegos y un jacuzzi privado lounge.

El Metro de Tokio y sus empujadores

Los empujadores del metro de Tokio. Una imagen curiosa pero habitual. Si viajas a Japón y te embarcas en la aventura de moverte en el metro de Tokio prepárate para vivir una experiencia increíble. Millones de viajeros usan a diario los vagones del que es el metro más grande de toda Asia y el segundo del mundo después del de Moscú.  Además de sus dimensiones (nada menos que 300 kilómetros de vías), el suburbano de Tokio se ha hecho famoso en el mundo por las imágenes de las aglomeraciones humanas que soporta durante las horas punta y por el trabajo de los "empujadores" cuyo objetivo es que los vagones viajen llenos de gente hasta los topes, descongestionando las estaciones.