Sobre el horizonte de París destaca una colina elevada, la butte . Sobre ella, la silueta blanca y elegante de la basílica de Sacré Coeur. Ese es nuestro destino, el lugar al que tenemos que dirigirnos al encuentro del corazón bohemio de la capital francesa. Podemos ejercitar las piernas subiendo por sus interminables escaleras, o tal vez mejor subir a lo alto de la colina en el funicular. En cualquier caso, llegaremos a un lugar mágico llamado Montmarte, el barrio de los poetas y los pintores , poblado de músicos callejeros, galerías de arte y viejos cafés. Un paisaje urbano que enamora. Territorio de artistas No se concibe un viaje romántico a París sin poner los pies en este lugar, territorio de artistas, con sus callejuelas empedradas y esa atmósfera tan especial. ¿Qué tal disfrutar de un delicioso menú en alguna de sus pequeñas brasseries, con mesas cubiertas de manteles de cuadros y decorados con velitas, escuchando las notas de La Bohème de Aznavour o e...
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