Quienes cometen el error de pensar que se trata de un destino solamente de sol y playa se perderán todos los atractivos y ventajas que un viaje a Mallorca en invierno brinda a los que se animan a visitar la isla. Y es que este rincón del Mediterráneo ofrece muchas y variadas propuestas de ocio, cultura y diversión en los meses de temporada baja, con una ventaja añadida: entre los meses de noviembre y marzo desaparecen las hordas de turistas que abarrotan las playas y las carreteras, además el clima mediterráneo es benigno, perfecto para viajar.
Empezamos por la capital balear y su espléndido casco antiguo, dominado por la Catedral y los edificios góticos testigos mudos del esplendor medieval de la isla.
Pasear por sus calles, descubriendo tesoros ocultos como los patios tradicionales y disfrutando del placer del shopping en sus numerosos y encantadores comercios está al alcance de cualquier viajero sea cual sea la estación del año.
Y aunque los puentes y fines de semana son ideales para visitar Palma es especialmente recomendable hacerlo en torno al 19 de enero, la víspera de San Sebastián, patrón de la ciudad, que llena las calles y plazas de todo el centro de conciertos de música en vivo y hogueras (foguerons) en los que se realizan improvisadas barbacoas bien regadas de vino mallorquín.
Tamnbién durante todo el año tenemos a nuestra disposición la belleza de la fachada marítima de la ciudad, salpicada de jardines, embarcaciones amarradas en los muelles, cafeterías y, por la noche, bares de copas y animadas discotecas.
Otra gran idea para disfrutar del invierno en la isla es hacerse con un coche de alquiler en Mallorca y lanzarse a descubrir su encanto rural; los pueblos del interior, agrícolas y tradicionales, donde visitar los mercados semanales y degustar la deliciosa gastronomía invernal mallorquina.
Alojarse en algún hotel rural es en invierno una experiencia encantadora y nada cara. Se puede elegir por ejemplo algún rincón del norte de la isla, en la verde Serra de Tramuntana y combinar nuestras vacaciones de relax con actividades como el senderismo o el cicloturismo.
Pero viajar en invierno a Mallorca no significa darle la espalda al mar. Es en esta época precisamente cuando los puertos de la isla, sus playas desiertas y sus rincones costeros desprenden un magnetismo especial, casi mágico, que solo podrás descubrir en un viaje de invierno a Mallorca.
El encanto invernal de Palma de Mallorca
Bahía de Palma |
Pasear por sus calles, descubriendo tesoros ocultos como los patios tradicionales y disfrutando del placer del shopping en sus numerosos y encantadores comercios está al alcance de cualquier viajero sea cual sea la estación del año.
Y aunque los puentes y fines de semana son ideales para visitar Palma es especialmente recomendable hacerlo en torno al 19 de enero, la víspera de San Sebastián, patrón de la ciudad, que llena las calles y plazas de todo el centro de conciertos de música en vivo y hogueras (foguerons) en los que se realizan improvisadas barbacoas bien regadas de vino mallorquín.
Tamnbién durante todo el año tenemos a nuestra disposición la belleza de la fachada marítima de la ciudad, salpicada de jardines, embarcaciones amarradas en los muelles, cafeterías y, por la noche, bares de copas y animadas discotecas.
Turismo rural en Mallorca
Embalses de la Serra de Tramuntana |
Alojarse en algún hotel rural es en invierno una experiencia encantadora y nada cara. Se puede elegir por ejemplo algún rincón del norte de la isla, en la verde Serra de Tramuntana y combinar nuestras vacaciones de relax con actividades como el senderismo o el cicloturismo.
Pero viajar en invierno a Mallorca no significa darle la espalda al mar. Es en esta época precisamente cuando los puertos de la isla, sus playas desiertas y sus rincones costeros desprenden un magnetismo especial, casi mágico, que solo podrás descubrir en un viaje de invierno a Mallorca.
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