En Mallorca el invierno es suave y corto, y la primavera empieza antes que en el resto de España. La prueba de ello: el manto blanco y rosado de la flores de los almendros que cubre la isla entre los meses de enero y febrero. Una imagen hermosa que resume bien las maravillas que ofrece un viaje a Mallorca en primavera.
Si tienes la feliz idea de visitar la isla de la calma en esta época del año no dudes en alquilar un coche y lanzarte a recorrer las carreteras de las comarcas del Pla y del Raiguer, en el interior. Otra opción es el cicloturismo, una opción que permite combinar turismo y deporte.
El encanto rural mallorquín
La belleza de los almendros en flor atrae a toda clase de turistas pero en especial a los viajeros románticos, los amantes de la naturaleza y los que buscan el encanto rural de Mallorca y huyen del turismo de masas.
La idea es alojarse en un pequeño agroturismo o un hotel de interior para disfrutar de los caminos de la isla, sus paisajes rurales, sus bosques y sus montañas, y por supuesto hacer parada en los mercados de los pueblos al encuentro de las especialidades gastronómicas mallorquinas propias de esta época del año. Mercados hay muchos y muy interesantes, aunque si hubiera que recomendar uno, nosotros nos decantamos por el de los miércoles en Sineu, en el mismo centro geográfico de la isla.
Este es el cofre del tesoro de un viaje a Mallorca en primavera. Resérvalo con nosotros y benefíciate de un descuento adicional al introducir la palabra TRAVEL en el espacio reservado al código promocional.
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