Una de las muchas razones para viajar a Estambul es la gastronomía. La ciudad que se extiende entre dos continentes ofrece a sus visitantes una variedad culinaria espectacular y para todos los precios, además de algunas peculiaridades como los barcos-cocina del Puente Gálata.
Los encontramos amarrados en los muelles del puerto de Eminonu. Es imposible que se nos pasen desapercibidos, no sólo ya por sus vivos colores, sino por los maravillosos aromas que nos atraerán allí como cantos de sirena.
Si vas a disfrutar de un hermoso paseo en barco por el Bósforo (excursión imprescindible en todo viaje a Estambul), no dudes en detenerte allí para tomar fuerzas. Los barcos-cocina están justo al lado de las embarcaciones turísticas y se abarrotan de gente cuando cae la tarde.
La delicia más típica es el bocadillo de pescado a la brasa (balik ekmek en turco), que los cocineros preparan de forma magistral ante las miradas de los turistas, indiferentes al inevitable balanceo de los barcos.
Ni decir tiene que el pescado proviene del mismo Bósforo y del mar de Mármara. El bocadillo viene acompañado de lechuga, tomate y cebolla. Y el precio es muy económico.
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