Nadie viaja a Berlín sin visitar el famoso muro (o lo que queda de él), una construcción que dividió no sólo a la ciudad, sino al mundo entero durante décadas. Los viajeros más inquietos no se conforman con sacarse la típica foto en Check Point Charlie junto a los soldados americanos y soviéticos, sino que buscan algo más genuino, un souvenir perfecto... ¿Qué tal un pedazo del Muro de Berlín?
Vaya por delante que las secciones del infame muro que aún se mantienen en pie tienen acceso restringido. Acercarse al mutro o encaramarse a él está estrictamente prohibido. No digamos nada ya de llevarse un trozo del mismo. Entonces... ¿cómo conseguir nuestro recuerdo de la capital alemana?
No hay problema: la ciudad está llena de tiendas de souvenirs donde se venden pequeños fragmentos del Muro. Desde minúsculas rocas a grandes trozos de piedra, casi todos ellos
pintados de colores por los grafitis que una vez decoraron el muro... Un abanico de productos con precios que van desde los 6 a los 30 euros.
Inlcuso los que no quieren viajar a Berlín (grave error, pues es una ciudad fascinante) cuentan con opciones como la tienda Berlin Story incluso los venden por internet, con certificado de autenticidad incluido.
¡Qué suerte! Pero... Un momento: ¿son reliquias auténticas o es todo una estafa? Los comerciantes aseguran que todos los trozos de muro son verdaderos, aunque confiesan que algunos de ellos son pintados posteriormente a mano para que sean más “vendibles”, lo cual, según ellos, no le resta ningún valor al objeto. Habrá que creerles.
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