Uno de los destinos más originales y exóticos al que los españoles podemos viajar sin salir de Europa es la isla de Madeira que, aunque se encuentra a casi mil kilómetros de distancia de las costas de Portugal, pertenece a la UE y recibe al viajero con un clima agradable durante todo el año y una flora y fauna únicas en el mundo. No en vano esta isla es conocida como "el Jardín del Atlántico".
Los precios de los viajes a Madeira son increíblemente bajos si tenemos en cuenta la experiencia que nos regalan. Un lugar exuberante y natural donde se conservan encantadoras tradiciones y un ambiente genuino que se ha perdido ya nen muchos destinos turísticos de sol y playa.
Funchal, la hermosa capital de Madeira |
Un paseo por la isla-jardín
Funchal es la capital de la isla, la puerta de entrada a Madeira. Una ciudad pequeña pero animada y sorprendentemente cosmopolita. Vale la pena visitar sus edificios más destacados como la Sé, la Catedral de Funchal, construida con piedra volcánica y madera, o disfrutar del ambiente de sus calles, comer en los restaurantes de pescado del puerto y perderse en el Mercado dos Lavradores.
Otra visita imprescindible es la bodega de Sao Francisco, donde podremos probar y comprar alguna botella del legendario vino de Madeira, que se encuentra entre los mejores del mundo.
El interior de la isla es una joya de selva verde salpicada de pequeñas aldeas, saltos de agua, antiguos conocsvolcánicos, especies vegetales únicas y unas espectaculares vistas del litoral insular, que se reúnen en el fabuloso Jardín Botánico, visita imprescindible.
No hay muchas playas naturales en este bello enclave atlántico, aunque en todos los complejos hoteleros existen piscinas artificiales con agua de mar y otras comodidades. Resulta sorprendente el nivel de los hoteles en Madeira y sus precios tan asequibles. No olvides reservarlos con nosotros: poniendo la palabra TRAVEL en el espacio reservado al código promocional conseguirás además un 3% de descuento.
Aun así, si queremos playas, podemos hacer una excursión en barco hasta la vecina Isla de Porto Santo, la antítesis de Madeira: una isla sin vegetación con playas de ensueño, a solo una hora de distancia en barco.
Aun así, si queremos playas, podemos hacer una excursión en barco hasta la vecina Isla de Porto Santo, la antítesis de Madeira: una isla sin vegetación con playas de ensueño, a solo una hora de distancia en barco.
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