Transporte en Roma: ¿cómo moverse por la capital de Italia?

La capital italiana es una de las urbes europeas que soporta un tráfico más intenso y caótico del continente. Si viajas a Roma y quieres moverte por la ciudad una cosa es segura: el coche es la peor de las ideas. Nada de vehículos de alquiler: hay que recurrir al transporte público. Estas son las opciones más recomendables:

Metro

Empezamos por el metro, que en el caso de Roma se limita a dos líneas: la A y la B. Ambas tienen un punto de encuentro en la Estación Termini, desde donde por cierto salen a diario trenes hacia todas las regiones de la Italia peninsular. 

 El metro, que ya fue proyectado en la época de Mussolini, no empezó a convertirse en una realidad hasta los años 80, aunque no fue tarea fácil, ya que el subsuelo romano está lleno de restos arqueológicos. 

Para los turistas la línea más interesante es la A, que cuenta con paradas en lugares tan emblemáticos como la Plaza de España, Plaza del Popolo, Museo del Vaticano y San Giovanni in Laterano, entre otras. También se puede usar la línea B para llegar al Coliseo o a los Foros.

Bus

También resulta muy práctico el Bus, operado por la compañía municipal ATAC. Sus autobuses de color rojo y naranja (los de la ciudad) cubren una red de líneas mucho más completa que la del metro, llegando a todos los rincones de la capital italiana. 

Los billetes se pueden comprar en las estaciones de tren, en los kioscos de prensa y en la mayoría de los estancos. Estos billetes cuestan 1 € y sirven tanto para el metro como para el autobús. Existe para el visitante la opción de hacerse con el billete integrado para turistas (BTI) válido durante tres días para la red de metro y autobuses de Roma. Muy práctico y recomendable.

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