Por increíble que parezca, las estadísticas no mienten: uno de cada cinco pasajeros que viajan en un crucero no se baja del barco en ninguna de las escalas. ¿Cómo se explica eso? Muy sencillo: ese tipo de viajeros no se embarca con el objetivo de ver cosas nuevas y conocer fabulosos destinos, sino disfrutar de la amplia oferta de ocio que brindan estos palacios flotantes.
Esto, que para muchos esto es poco menos que un sacrilegio, es en cambio para otros viajeros algo muy lógico. Desde luego, argumentos no faltan: en estos grandes y lujosos barcos los pasajeros encuentran todo lo que necesitan para disfrutar de unas vacaciones de ensueño: spas y gimnasios, pistas deportivas y piscinas, bares y cafeterías, teatros y salas de espectáculos, casinos, áreas comerciales, restaurantes… ¿Quién va a querer bajarse del barco teniendo todo esto a su disposición?
Es cierto que a los pasajeros de un crucero les espera en cada escala un mundo nuevo por descubrir, ya sean los puertos del Mediterráneo llenos de historia, los tesoros de las islas griegas o las maravillas naturales de los fiordos. ¡Qué lástima perderse todo eso!
Probablemente el perfil de estos viajeros no sea el de un viajero inquieto y curioso, sino el de una persona que concibe sus vacaciones de otra manera. También es cierto que hay ocasiones en las que algunos viajeros cuando llegan a puerto también deciden quedarse en el barco: la escala no resulta interesante, hace mal tiempo, hay algún problema de saludo indisposición... Sin embargo, perdérselas todas de forma deliberada no parece muy lógico, aunque totalmente respetable.
En cualquier caso, lo ideal es no perderse nada: no perderse no una escala y al mismo tiempo disfrutar de las opciones de ocio y relax del crucero en los días de navegación. Tendrás todo eso reservando tu crucero con nosotros. No olvides usar la palabra TRAVEL para llevarte tu descuento adicional.
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